En profundidad: Drive
Dirección: Nicolas Winding Refn
Guión: Hossein Amini; basado en la novela homónima de James Sallis
Producción: Marc Platt, Michael Litvak, Gigi Pritzker, Adam Siegel y John Palermo
Música: Cliff Martinez
Dirección de fotografía: Newton Thomas Sigel
Montaje: Mat Newman
Diseño de producción: Beth Mickle
Vestuario: Erin Benach
FICHA ARTÍSTICA
Driver: Ryan Gosling
Irene: Carey Mulligan
Nino: Ron Perlman
Blanche: Christina Hendricks
Shannon: Bryan Cranston
Standard: Oscar Isaac
Bernie Rose: Albert Brooks
Benicio: Kaden Leos
Chris Cook: James Biberi
Argumento:
Driver es un conductor especialista de cine por el día y un conductor para fugas por la noche. Pero no importa el trabajo que tenga que hacer porque Driver se siente siempre a gusto detrás del volante.
Shannon es mentor de Driver a la vez que su jefe. Desde que se dio cuenta del talento de Driver al volante, le busca directores de cine y televisión del mundo del entretenimiento o a ladrones que necesitan el mejor conductor para sus fugas.
Driver es un solitario y no le entusiasman los planes que Shannon le busca. Pero su mundo cambia el día que se encuentra con Irene.
Drive es sin duda una de las mejores cintas que hemos podido ver y que veremos en este año. De principio a final, aunque con una historia sencilla, propia del cine negro, pero tan bien narrada, con un gusto exquisito, un reparto de 10 de arriba a abajo y técnicamente muy cuidada, hacen de la película una delicia, si te gusta el género, claro.
Con un protagonista sin nombre y parco en palabras, juega con los silencios y los ruidos propios del ambiente, como el tic tac de un reloj, conectamos sin dudarlo con el personaje de Ryan Gosling, aunque no sepamos bien por qué. Carey Mulligan está simplemente genial, y comparte una química deliciosa con Gosling.
Kaden Leos, el encantador niño, y Bryan Cranston, Oscar Isaac, Christina Hendricks, Ron Perlman y Albert Brooks, aunque conforman la galería de secundarios, brillan sin ninguna duda en sus papeles.
Otro de los aspectos destacables es su maravillosa fotografía, muy cuidada, bien realizada y adecuada a cada momento. Es imposible quedarse sólo con un plano o una secuencia, pero si tenemos que nombrar uno, podría ser por ejemplo la escena del ascensor con Gosling, Mulligan y un tipo sospechoso. La luz baja y vuelve a subir como si fuera lo más normal del mundo y hecho con mucho gusto; o los planos de Gosling en el coche iluminado por la calle.
Se redondea la jugada con la banda sonora de Cliff Martinez, repleta de canciones discotequeras con aire ochentero y cierta nostalgia que terminan de hacer de esta cinta un gran conjunto y que nadie se debería perder.
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