domingo, 10 de marzo de 2013
LLAMA A LA COMADRONA
Con una audiencia alcanzada en el Reino Unido de diez millones de espectadores, hoy llega a la pequeña pantalla esta serie británica a través de Mediaset, por Tele5.
Como ya nos tienen acostumbrados, los ingleses son maestros de la ambientación, magníficamente reflejada en la serie, que transcurre en los suburbios de Londres en los años 50.
Refleja la labor encomiable de las comadronas que asistían a las mujeres de clase baja cuyos medios económicos eran escasos y sin nada con lo que pudieran prevenir los embarazos, éstos se sucedían sin cesar.
El maravilloso don de dar vida a un ser humano se nos ha dado a las mujeres, y el vínculo tan fuerte que se crea entre un hijo y su madre, no tiene comparación con cualquier otro amor. En una época en que los hombres solamente intervenían para la concepción del hijo y, poco más, era la mujer la que corría con todos los riesgos a los que ellas nunca renunciaron con tal de tener al bebé entre sus brazos.
Afortunadamente todo ha cambiado y hoy los hombres participan de ese maravilloso trance acompañando a sus mujeres en tan solemne acto del momento de alumbrar una vida. Se les echaba de la habitación " era cosa de mujeres", como si ellos no tuvieran parte de lo que alli ocurría. Rarísimas veces ahora se da a luz en casa; antes era lo normal, aumentando los riesgos que el parir acarrea, porque aunque sea una cosa natural, no deja de tener sus riesgos, y mientras la criatura no esté fuera del claustro materno, no desaparecen.
Ahora las parejas se unen más ante la perspectiva de ser padres: el hombre abraza a la mujer, acaricia su vientre para establecer contacto con la criatura que percibe a través de su madre el cariño de sus progenitores. Ambos protegen el maravilloso proceso del embarazo, ambos acuden a la consulta del ginecólogo mes a mes para vigilar que todo vaya como es debido. Ambos ven a su hijo por primera vez en la ecografía y ambos se desvelan por las noches cuando el bebé llora.
La maternidad es también paternidad, es cosa de dos y las mujeres jamás debemos alejar a los hombres de esa época maravillosa de la maternidad, aunque los cambios en nuestro organismo nos haga a veces rechazarles, pero eso es temporal, afortunadamente, y ellos lo saben.
Como aperitivo esta mañana han proyectado un documental sobre el mismo tema La Vida, desde la concepción hasta la hora del alumbramiento. Maravilloso.
Hemos podido ver paso a paso la transformación del espermatozoide en una preciosa criatura humana. Con la colaboración de National Geographic, podemos imaginar la bonanza del mismo. Os lo recomiendo si tenéis oportunidad de verlo.
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