Pero es si n duda el Dr. House, quién le lanzó a la fama, bien ganada por cierto, porque no habia otro actor quién pudiera encarnar ese persona: antipático, descarado, cortante, con un humor muy, muy ácido, pero muy eficiente en el tratamiento con sus pacietes y alumnos que consigue algunas veces desconcertarles.
Hugh Laurie, por siempre será House y mucho tendrá que esforzarse si quisera dejar ese rol. Dicen sus compañeros de rodaje que le conocen bien, que no tiene nada en común con el famoso doctor, que es simpático, tiene muy buen humor y es muy culto; es muy agradable trabajar a su lado.
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