
También hay que tener en cuenta a Michael Peña, bastante presente en el cine actualmente y cómo no, a Fred Ward, con un pequeño papel pero bastante significativo.
Lo que uno puede esperar de esta cinta es diversión y locura, lo necesario para desconectar durante la casi hora y media que dura, y lo cumple. La realización es bastante limpia y se nota que Fleischer está curtido después de hacer Bienvenidos a Zombieland, ya que repite lo que se le da bien, como por ejemplo las escenas de más acción -curiosa persecución policial, por ejemplo-.
Por cierto, que nadie se vaya después de los créditos finales, tiene recompensa en forma de última ida de olla.
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